La dieta sin gluten de este colectivo adolece, en general, de exceso de grasas y de escasez de fibra, según un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
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Jueves 20 de agosto de 2015 | UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO
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Teba González, autora de la tesis Dieta sin gluten en Enfermedad Celíaca: efecto en el estado de salud, ingesta dietética y calidad de vida, observa entre los pacientes una cierta tendencia al abandono de hábitos saludables (comer primeros platos, legumbres, pasta, arroz…) y a consumir alimentos con más grasas, más azúcar (embutidos, dulces, etc.). Por lo demás, el estado nutricional de los celíacos analizados no presentaba diferencias sustanciales con el de la población en general.
Señala González que, "grosso modo, no se han observado diferencias por lo que a talla, peso, estado nutricional, etc. entre el grupo de pacientes objeto de estudio y el grupo de control, es decir, el grupo de población general seleccionado para el estudio comparativo. Lo que sí observamos fue que la alimentación de los celíacos era, en general, bastante deficiente. Al analizar el equilibrio nutricional que defendemos (porcentaje de hidratos de carbono, un 50%, por lo menos; proteínas, entre el 12 y el 15%; grasas, por debajo del 35%...), vimos que el porcentaje de los hidratos de carbono lo ocupaban las grasas, y viceversa." Según Teba González, "también observamos cierta deficiencia en la ingesta de fibra. Siendo un colectivo que se preocupa por lo que come, me ha llamado la atención; yo esperaba que fuera mejor la alimentación de los celíacos".
Señala González que, "grosso modo, no se han observado diferencias por lo que a talla, peso, estado nutricional, etc. entre el grupo de pacientes objeto de estudio y el grupo de control, es decir, el grupo de población general seleccionado para el estudio comparativo. Lo que sí observamos fue que la alimentación de los celíacos era, en general, bastante deficiente. Al analizar el equilibrio nutricional que defendemos (porcentaje de hidratos de carbono, un 50%, por lo menos; proteínas, entre el 12 y el 15%; grasas, por debajo del 35%...), vimos que el porcentaje de los hidratos de carbono lo ocupaban las grasas, y viceversa." Según Teba González, "también observamos cierta deficiencia en la ingesta de fibra. Siendo un colectivo que se preocupa por lo que come, me ha llamado la atención; yo esperaba que fuera mejor la alimentación de los celíacos".
Subraya la investigadora los problemas de los celíacos a la hora de alimentarse: "Tienen que estar mirando continuamente las etiquetas de lo que compran, si tiene gluten o no... Habría que facilitarles la vida en ese sentido, ponérselo más fácil. Y habría que garantizarles que se controlan los productos que consumen, pero sin encarecerlos. Los profesionales relacionados con el tema, por su parte, deben insistir en la necesidad de llevar una dieta adecuada. Hacen falta nutricionistas, bien formados y motivados, que se preocupen no solo de que los celíacos no transgredan la dieta, sino de que esta sea lo más completa posible, de que coman patatas, arroz, pan…".
Las mujeres, el colectivo más vulnerable
La baja ingesta de fibra es aún más acentuada en el caso de las mujeres con enfermedad celíaca, según la autora del estudio, quien añade el siguiente dato: "Los déficits de cinc, hierro, vitamina D y potasio de las mujeres con EC eran superiores a los de los pacientes varones".
También en el apartado de "calidad de vida" son las mujeres el colectivo más vulnerable, subraya González, quien señala que "en la enfermedad celíaca hay una mayoría de mujeres; es una enfermedad autoinmune más prevalente en mujeres. Los ámbitos que más se resienten son el emocional y el social: esa sensación del paciente de estar siempre preocupándose por su alimentación, no poder comer lo mismo que los demás… Al final, uno no se olvida nunca de que está enfermo, y cada vez que te pones a comer tienes que preocuparte de que los alimentos no estén ‘contaminados', etc.".
El estudio se llevó a cabo con pacientes celíacos diagnosticados en el Hospital Universitario Cruces que llevaban al menos 15 años de tratamiento con dieta exenta de gluten. Participaron 101 pacientes con diagnóstico EC, y se utilizaron varios cuestionarios para evaluar la ingesta dietética, el estado de salud, la adherencia a la dieta sin gluten y la calidad de vida relacionada con la salud. Los resultados se compararon con población general de idénticas características de edad media y distribución por sexos.
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