Esta acción editorial forma parte del proyecto LIFE+ “enArbolar, Grandes Árboles para la Vida”, promovido por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y cofinanciada por el Programa LIFE+ de la Unión Europea y la Diputación de Valencia a través del Departamento de Árboles Monumentales de IMELSA.
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Lunes 20 de julio de 2015 | FUNDACIÓN FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE
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El cuaderno, que se distribuirá junto con las revistas GEO y Muy Interesante y se enviará a bibliotecas, centros de investigación y de gestión de los principales espacios naturales del Estado, es el tercero de los cuatro que hasta finales de 2015 editará la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente con la intención de difundir la importancia medioambiental y cultural del arbolado monumental y los bosques maduros como reductos de biodiversidad, testigos del cambio climático, generadores de paisaje, dinamizadores de las economías rurales y herramientas de educación medioambiental. El primer cuaderno se dedicó a los árboles únicos y bosques muy especiales de la España atlántica y pirenaica, mientras que el segundo puso el foco en el patrimonio forestal de la España mediterránea.
“Los pilares del paisaje”, califica a estos árboles tan especiales Odile Rodríguez de la Fuente, directora de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), quien destaca cómo “enraízan y sustentan el suelo, engrandecen y multiplican los nichos ecológicos y elevan sobre sus troncos la energía trasformada en belleza y alimentos”. En su prólogo Odile hace también un guiño a los más pequeños quienes, asegura, “tendrán que afrontar un futuro incierto y quizá recurrir a los árboles como herramientas únicas para frenar y revertir la erosión implacable a la que sometemos la vida sobre la Tierra”.
“Los pilares del paisaje”, califica a estos árboles tan especiales Odile Rodríguez de la Fuente, directora de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), quien destaca cómo “enraízan y sustentan el suelo, engrandecen y multiplican los nichos ecológicos y elevan sobre sus troncos la energía trasformada en belleza y alimentos”. En su prólogo Odile hace también un guiño a los más pequeños quienes, asegura, “tendrán que afrontar un futuro incierto y quizá recurrir a los árboles como herramientas únicas para frenar y revertir la erosión implacable a la que sometemos la vida sobre la Tierra”.
“Lo viejo importa”, afirma en el artículo que escribe para este número Anne Burrill, jefa adjunta de la Unidad LIFE Nature de la Comisión Europea. Porque como señala en su texto, “defendemos los hábitats forestales pero a veces nos olvidamos de su calidad, de la necesidad de garantizar, tanto en los bosques como fuera de ellos, la existencia de ejemplares caducos e incluso muertos”. Por ello se confiesa muy satisfecha de que la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente transmita este mensaje a un público amplio y que la UE colabore con ella y con BIGTREES4LIFE a través del programa LIFE.
Por su parte, el director gerente de IMELSA, Rafael Soler, confirma la apuesta de su empresa y de la Diputación de Valencia por la protección de este arbolado, sustanciado desde hace más de dos décadas por el trabajo de su Departamento de Árboles Monumentales, de referencia internacional.
Buceando en los orígenes, dos de sus técnicos, Bernabé Moya y José Moya, hacen un recuerdo a la Fiesta del Árbol. Su nacimiento se remonta a 1805 en Villanueva de la Sierra (Cáceres), considerada la primera iniciativa de este tipo en el mundo y que aún se sigue celebrando.
El cuaderno está estructurado en una serie de capítulos que siguen el mismo esquema en toda la colección. En éste dedicado a la España interior, la encina recibe un tratamiento muy especial como “árbol tótem”, al que el biólogo y comunicador ambiental Raúl de Tapia dedica cuatro páginas donde resalta la importancia biológica y cultural de una especie que ha forjado el paisaje español. Porque como resalta en su colaboración escrita, la biodiversidad de los encinares, unida a la factura humana, produce un patrimonio natural, cultural, histórico y artístico único. Este árbol desarrolla especialmente todo su acervo patrimonial y biológico en las dehesas. En ellas, un solo metro cuadrado de pastizal adehesado concentra más de 40 taxones diferentes de herbáceas y cada uno de sus vetustos troncos esconde más de 15 especies de líquenes.
Gigantes ilustres como la Encina Terrona (Zarza de Montánchez, Cáceres), considerada la más vieja y mejor cuidada del planeta, o el Ahuehuete del Parque del Retiro (Madrid), cuyos orígenes se mezclan con historias de conquistadores españoles e invasores franceses, tienen espacio propio en el capítulo dedicado a los árboles singulares firmado por el periodista Josep Alcañiz y el técnico del Jardín Botánico de Valencia José Plumed. Hay igualmente un capítulo dedicado a bosques maduros únicos como la espectacular tejera palentina de Tosande, el hayedo de Tejera Negra o los humildes chopos cabeceros del río Pancrudo, en Teruel, todos ellos presentados por el conservador del Real Jardín Botánico de Madrid Mariano Sánchez y el naturalista Óscar Prada.
¿Árboles singulares? Cada persona tiene los suyos, especiales por muchas razones. Llegar a un acuerdo para proteger los más especiales resulta tan complicado como imprescindible, pues se trata de esos ejemplares que si desaparecen los echaremos de menos. Por eso es importante proteger al individuo singular, a estos “queridos vecinos”, especialmente cuando por su cercanía a nuestro frenético modo de vida más amenazados están por obras y recalificaciones de terreno. Así lo explica en este tercer cuaderno el geógrafo y director del proyecto BIGTREES4LIFE César-Javier Palacios, quien hace un repaso a las protecciones de este tipo de arbolado en las comunidades autónomas del interior peninsular. También a la importancia de la Red Natura 2000 que protege muchos de estos bosques, “una inmensa fortuna natural de la que España atesora el mayor porcentaje europeo”.
Esta acción editorial forma parte del proyecto LIFE+ “enArbolar, Grandes Árboles para la Vida” (BIGTREES4LIFE), promovido por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y cofinanciado por el Programa LIFE+ de la Unión Europea y la Diputación de Valencia a través del Departamento de Árboles Monumentales de IMELSA. Como complemento se incluyen en la publicación códigos QR que permiten ampliar contenidos en la página web del proyecto. En ellos se exponen en detalle normas de protección jurídica específica de este tipo de arbolado, direcciones de interés y principios de buenas prácticas a la hora de protegerlos, conservarlos y difundirlos.
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