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«Menos sal, más vida», programa gubernamental de Argentina para salvar vidas

«Menos sal, más vida» es más que un lema: representa la respuesta conjunta del Gobierno y del sector privado de la Argentina para reducir el contenido en sodio de los alimentos y, de este modo, salvar vidas
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Viernes 5 de septiembre de 2014 | ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
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«Menos sal, más vida» es más que un lema en la Argentina: es el título de un programa gubernamental de amplia base destinado a los productores de alimentos y a los consumidores para reducir el consumo de sal y mejorar la salud.

Gracias a la iniciativa Menos Sal, Más Vida, los fabricantes de alimentos elaborados de la Argentina están rebajando voluntariamente el contenido en sal de más de 500 productos, los panaderos locales están reduciendo el sodio en el pan, y las familias están prescindiendo del salero en sus comidas. Al menos el 30% de la población de las Américas padece hipertensión, en gran parte debido al consumo excesivo de sal. Esto tiene como resultado miles de accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio y muertes prematuras, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«La iniciativa ‘Menos sal, más vida’ es un claro ejemplo de que la colaboración intersectorial y las alianzas público-privadas pueden propiciar un avance significativo hacia el logro de objetivos de salud», explica Pier Paolo Balladelli, Representante de la OPS/OMS en la Argentina. «Las políticas públicas que garantizan la viabilidad de los cambios de comportamiento y respaldan las medidas de protección pueden redundar en una vida sana para todos».

La OPS y la OMS apoyaron decididamente la iniciativa «Menos sal, más vida» formulando recomendaciones sobre la aplicación de estrategias de reducción de la sal que fueron tomadas en consideración por las autoridades argentinas.

Reducción del consumo de sal en el país

Después de que la Argentina se convirtiera en el segundo país del mundo detrás de Sudáfrica en aprobar un proyecto de ley integral para reducir el consumo de sal, el porcentaje de la población nacional que añade sal a los alimentos tras cocinar o sentarse a la mesa se redujo del 25% en 2009 al 17% en 2013. Estas y otras conclusiones de la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de la Argentina, puesta en marcha en septiembre de 2014, indican que la iniciativa «Menos sal, más vida» es una alianza público-privada bien diseñada que puede mejorar la salud en un sentido amplio.

La nueva ley

Establece un plazo para que la industria de los alimentos elaborados reduzca el nivel de sal en sus productos;
obliga a incluir etiquetas en los alimentos para advertir de los peligros del consumo excesivo de sal; limita el tamaño de los paquetes de sal; y establece sanciones en caso de incumplimiento de las normas.

Desde entonces, el Ministerio de Salud de la Argentina ha concertado acuerdos voluntarios de reducción de sal con los principales productores de alimentos elaborados del país. En poco tiempo, más de 50 productores clave convinieron en reducir en los años subsiguientes los niveles de sodio en 528 productos, como queso, galletas, pasta, salchichas y sopas, así como en diferentes tipos de pan. El consumo de pan representaba más del 25% del consumo total de sodio en el país.

Alianzas público-privadas para lograr objetivos de salud

En colaboración con la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, el Ministerio de Salud elaboró una campaña destinada a los panaderos artesanales, quienes proveen el 98% del pan a nivel nacional, y al público en general.

El objetivo de la campaña era alentar a los panaderos a reducir los niveles de sodio en un gramo por barra de pan, una reducción imperceptible para el gusto pero que puede salvar 2000 vidas al año en la Argentina, según el informe de la OPS titulado «Enfermedades no transmisibles en las Américas: Construyamos un futuro más saludable».

Tal y como señala el Dr. Balladelli, este enfoque pluridimensional adoptado por la Argentina puede contribuir a prevenir cerca del 25% de los infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares en todo el mundo, especialmente si se emprenden programas similares en otros países.
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