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La UE quiere reforzar su seguridad energética

En vista de lo ocurrido últimamente en la escena internacional, la UE propone una serie de medidas para garantizar la seguridad de su abastecimiento energético
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Martes 10 de junio de 2014 | COMISIÓN EUROPEA
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La Comisión Europea reacciona a la situación geopolítica actual y a la dependencia de las importaciones de la UE. Aboga por una nueva estrategia europea de seguridad energética. Entre sus principales elementos figuran la diversificación del suministro energético del exterior, la mejora de la infraestructura energética, la realización del mercado interior de la energía de la UE y el ahorro energético. La estrategia subraya asimismo la necesidad de coordinar las decisiones nacionales en materia de política energética y la importancia de hablar con una sola voz en las negociaciones con socios externos. Se basa en el progreso realizado hasta ahora desde la crisis del gas de 2009. Las propuestas de la Comisión, en particular las medidas para garantizar la continuidad del suministro durante este invierno, serán objeto de debate entre los jefes de Estado o de Gobierno de la UE en el Consejo Europeo de los días 26 y 27 de junio.

El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, ha declarado que «aunque es mucho lo que la Unión Europea ha hecho tras las crisis del gas de 2009 para aumentar su seguridad energética, sigue siendo vulnerable. La tensión generada en Ucrania viene a confirmar nuevamente ese mensaje. Teniendo en cuenta que nuestra dependencia general de las importaciones energéticas es superior al 50 %, tenemos que tomar nuevas medidas. La Comisión presenta hoy una estrategia completa que los dirigentes de la UE debatirán en junio. Cuento con un apoyo decidido por su parte, ya que el aumento de la seguridad energética redunda en interés de todos. En materia de seguridad energética, Europa debe hablar y actuar al unísono».

Günther Oettinger, comisario de Energía, añade: «Queremos socios fuertes y estables con proveedores importantes, pero tenemos que evitar ser víctimas de un chantaje político y comercial. La UE y sus Estados miembros tienen una larga lista de cometidos por delante: colectivamente, debemos reforzar nuestra solidaridad con los Estados miembros más vulnerables. También debemos realizar el mercado interior de la energía, mejorar nuestras infraestructuras, ser más eficientes desde el punto de vista energético y aprovechar mejor nuestros propios recursos energéticos. Además, debemos acelerar la diversificación de los proveedores externos de energía, en particular de gas. Solo la adopción de medidas concretas contribuirá a alcanzar estos objetivos».

Para garantizar la continuidad del suministro durante este invierno, la Comisión propone evaluaciones de riesgo completas (pruebas de resistencia), que se llevarían a cabo a nivel regional o de la UE simulando una interrupción del suministro de gas. El objetivo es comprobar cómo puede afrontar el sistema energético los riesgos de seguridad de suministro y, en función de esa información, desarrollar planes de emergencia y crear mecanismos de apoyo. Esos mecanismos podrían incluir el aumento de las reservas de gas, la disminución de la demanda de gas apoyando el cambio a otros combustibles (en particular para calefacción), el desarrollo de infraestructuras de emergencia mediante, por ejemplo, la realización de las posibilidades de flujo inverso y la puesta en común de partes de las actuales reservas de seguridad en materia de energía.

Para hacer frente a los problemas de seguridad de suministro a medio y largo plazo, la Comisión propone acciones en varios ámbitos clave:

Realizar el mercado interior de la energía y construir los enlaces de infraestructura que faltan resulta esencial para responder rápidamente a posibles perturbaciones de suministro, encaminando los flujos de energía por toda la UE cuando y donde sea necesario. La Comisión ha identificado alrededor de treinta y tres proyectos de infraestructuras que son esenciales para la seguridad energética de la UE. Además de ello, la Comisión propone ampliar al 15 % el objetivo de interconexión de la capacidad eléctrica instalada de aquí a 2030, teniendo en cuenta asimismo los aspectos relacionados con los costes y el potencial de intercambios comerciales en las regiones consideradas (los Estados miembros ya se han comprometido a garantizar un 10 % de interconectividad en 2020).

Diversificar países suministradores y rutas de tránsito. En 2013, el 39 % de las importaciones de gas de la UE, por volumen, procedió de Rusia, el 33 % de Noruega y el 22 % del norte de África (Argelia y Libia). Si bien la UE mantendrá su relación con socios fiables, procurará estrechar lazos con nuevos países asociados y rutas de suministro, por ejemplo en la cuenca del Mar Caspio, ampliando el Corredor Meridional de Gas, desarrollando el mercado mediterráneo del gas e incrementando los suministros de GNL.

Reforzar los mecanismos de emergencia y solidaridad y proteger las infraestructuras críticas. En este sentido, la Comisión examinará, entre otras cosas, las disposiciones y la aplicación del Reglamento sobre seguridad del suministro de gas.

Aumentar la producción de energía autóctona: para ello se precisa un mayor despliegue de las energías renovables y una producción sostenible de combustibles fósiles.

● Mejorar la coordinación de las políticas energéticas nacionales y hablar con una sola voz en la política exterior en materia de energía. La Comisión pretende participar cuanto antes en los acuerdos intergubernamentales previstos con terceros países que puedan tener un impacto sobre la seguridad de suministro. Además, la Comisión garantizará que todos esos acuerdos y todos los proyectos de infraestructuras que se lleven a cabo en el territorio de la UE cumplan plenamente la legislación pertinente de la UE.

● Desarrollar en mayor medida las tecnologías energéticas.

Aumentar la eficiencia energética. Dado que los edificios son responsables del 40% de nuestro consumo de energía y de un tercio del consumo de gas natural, este sector desempeña un papel fundamental al respecto.

Antecedentes

Los recientes acontecimientos han suscitado preocupación en la UE por garantizar unos flujos de energía ininterrumpidos, así como unos precios de la energía estables. En el Consejo Europeo de marzo de 2014, la Comisión se comprometió a realizar un estudio completo sobre la seguridad energética europea y a presentar un plan detallado sobre cómo reducir la dependencia energética de la UE. Los resultados y las propuestas serán objeto de debate en Consejo Europeo de los días 26 y 27 de junio.

Por un lado, la demanda mundial de energía está creciendo y, según las previsiones, aumentará en un 27% de aquí a 2030. Por otro, la producción energética interna de la UE disminuyó en casi una quinta parte entre 1995 y 2012. En la actualidad, más del 50% de las necesidades energéticas de la UE están cubiertas por proveedores externos: en 2012, alrededor del 90 % del petróleo, el 66% del gas y el 42% de los combustibles sólidos consumidos en la UE fueron importados, lo que supone una factura de más de 1 000 millones de euros al día.
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